LOS FONDOS DE AHORRO O CONTINGENCIA

La catástrofe de Chile y las primeras declaraciones de las principales autoridades de ese país sobre su capacidad para financiar con recursos propios la reconstrucción de esa nación por los graves daños producidos en el terremoto nos llevan a pensar en la importancia de mantener fondos de ahorro o contingencia para afrontar imprevistos de esta clase, situación que contrasta con la pobreza y el desorden de Haití. Chile tuvo el acierto de crear el Fondo de Estabilización Económica y Social (Fees), el Fondo de Reservas de Pensiones, el Fondo de Compensación del Cobre y otros, que se agrupan bajo la denominación de los Fondos de Riqueza Soberana. Esos fondos, a principios del año 2008, ascendieron a 18 000 millones, y se calculaba que llegarían a 50 000 millones en 2016.Estos ahorros permitirán a Chile afrontar con solvencia la crisis y superar los destrozos causados por el terremoto. En el caso ecuatoriano, se crearon varios fondos que estaban destinados a salud, educación, recompra de deuda, vialidad, medioambiente, ciencia, emergencias, hidroelectricidad y pago de deuda, entre otros destinos, fondos entre los que deben mencionarse : Cereps, FAC, FEP y Feiseh, con un marco reglamentario bastante complejo y burocrático, lo cual provocó seguramente su eliminación, y que, en conjunto, representaban cerca de 3 000 millones. El Ecuador, encontrándose en el llamado "Cinturón de Fuego del Pacífico", con muchas probabilidades de sufrir un sismo de magnitud, debería reflexionar sobre la conveniencia de volver a crear fondos de ahorro y contingencia. Además, la prudencia nos indica que se debe ahorrar cuando se generan excedentes para prever la época de las vacas flacas, más aun si nuestras reservas son limitadas y las perspectivas futuras no son precisamente optimistas, dadas las enormes reservas de petróleo descubiertas en otros países.