REFLEXIONES EN LA OSCURIDAD

El grave problema energético que debemos enfrentar ha resultado muy útil para mostrarnos algunas facetas relacionadas tanto con el significado de la gobernabilidad efectiva como con los atributos que los funcionarios públicos deben practicar, sin dejar de lado las responsabilidades, deberes y derechos de todos los ciudadanos. En este sentido, gobernar no implica únicamente buenas intenciones y deseos fervientes de cambio incesante, pues la diversidad obliga a buscar humildad y actitudes conciliadoras para aceptar las limitaciones naturales y humanas que afortunadamente nos adornan a todas las personas. Por otro lado, molesta advertir que la diatriba, el oprobio y la culpa ajena se han transformado en equivocadas herramientas de rendición de cuentas, dejando de lado, de este modo, la posibilidad cierta de un proceso de reconciliación nacional basado en una construcción participativa diversa y no solamente dirigida o ideologizada de una agenda mínima donde puedan converger intereses contrapuestos y hasta distintos. Hay que recordar que la democracia necesita de mucho derecho, poca política, escasa politiquería y grandes dosis de diálogo, solamente así aparecerán, gracias al esfuerzo colectivo, la paz, la justicia y la verdad.