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EL DILEMA DE LA PLATA DEL AFILIADO

Por: Tema(s): En: Líderes 10 mayo 2004, p. 22Resumen: Buena parte de toda una generación de trabajadores debe haber experimentado las contrapuestas consecuencias de una desordenadas política de seguridad social. Así como el irresponsable manejo de las finanzas en las pasadas dos o tres décadas perjudica a 263.000 pensionados y jubilados, en la administración actual de los aportes de los trabajadores se juega el futuro de 1.184.000 afiliados para quienes, la jubilación no tiene que llegar a ser un castigo. A evitar que eso ocurra tiene que apuntar a una política de inversiones del dinero de los aportantes al IESS, sin descuidar, claro, un eficiente manejo de las prestaciones, sobre todo aquellas vinculadas con la salud. El sentido común y un elemental principio económico sugiere diversificar el riesgo para garantizar un mínimo de seguridad de las inversiones. Y, contra ese principio básico se opone una legislación que asigna al IESS la obligatoriedad de invertir en partes equitativas en los sectores público y privado, cuando puede ser más seguro y rentable, colocar más recursos en papeles del Estado que en las empresas privadas. O viceversa.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Líderes. 10 mayo 2004, p. 22 Disponible

Buena parte de toda una generación de trabajadores debe haber experimentado las contrapuestas consecuencias de una desordenadas política de seguridad social. Así como el irresponsable manejo de las finanzas en las pasadas dos o tres décadas perjudica a 263.000 pensionados y jubilados, en la administración actual de los aportes de los trabajadores se juega el futuro de 1.184.000 afiliados para quienes, la jubilación no tiene que llegar a ser un castigo. A evitar que eso ocurra tiene que apuntar a una política de inversiones del dinero de los aportantes al IESS, sin descuidar, claro, un eficiente manejo de las prestaciones, sobre todo aquellas vinculadas con la salud. El sentido común y un elemental principio económico sugiere diversificar el riesgo para garantizar un mínimo de seguridad de las inversiones. Y, contra ese principio básico se opone una legislación que asigna al IESS la obligatoriedad de invertir en partes equitativas en los sectores público y privado, cuando puede ser más seguro y rentable, colocar más recursos en papeles del Estado que en las empresas privadas. O viceversa.

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