Imagen de Google Jackets

BANCO MUNDIAL SOY YO

Por: Tema(s): En: El Comercio 28 abr. 2007, p. 4Resumen: Acabar con las instituciones nunca es buen negocio. Al final, este ejercicio se convierte en una tragedia edípica, porque se comete el crimen que en primer lugar se quería evitar. Ese es el tema central de la tragedia que ahora vive Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial. El decidió que "el Banco Mundial soy yo", cuando asumió funciones en 2005 y desde entonces todo marchó cabeza arriba. La historia de Wolfowitz en el Banco reproduce la triste cronología de la administración republicana en su intento por olvidar las reglas, hacer tabla rasa de las instituciones y creer que por el simple hecho de poner 'personas afines y leales' a su proyecto, todo iba a marchar como un reloj. En síntesis, Wolfowitz nunca fue un presidente visionario dentro del Banco, ni siquiera un buen presidente. De todas maneras, no hay mal que por bien no venga. Es muy probable que este bochornoso escándalo impulse a los 24 gobernadores del Banco a tomar una decisión definitiva sobre Wolfowitz, es decir: o pedir su renuncia, o retirarle la confianza o por lo menos a auditar una serie de decisiones tomadas por él. La solución no es dinamitar el edificio que queda en la Calle 17 en Washington, todo lo contrario. Y ojalá en estas tierras tomen el ejemplo como lección.
Etiquetas de esta biblioteca: No hay etiquetas de esta biblioteca para este título. Ingresar para agregar etiquetas.
Valoración
    Valoración media: 0.0 (0 votos)
Existencias
Tipo de ítem Biblioteca actual Signatura Info Vol Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO El Comercio. 28 abr. 2007, p. 4 Disponible

Acabar con las instituciones nunca es buen negocio. Al final, este ejercicio se convierte en una tragedia edípica, porque se comete el crimen que en primer lugar se quería evitar. Ese es el tema central de la tragedia que ahora vive Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial. El decidió que "el Banco Mundial soy yo", cuando asumió funciones en 2005 y desde entonces todo marchó cabeza arriba. La historia de Wolfowitz en el Banco reproduce la triste cronología de la administración republicana en su intento por olvidar las reglas, hacer tabla rasa de las instituciones y creer que por el simple hecho de poner 'personas afines y leales' a su proyecto, todo iba a marchar como un reloj. En síntesis, Wolfowitz nunca fue un presidente visionario dentro del Banco, ni siquiera un buen presidente. De todas maneras, no hay mal que por bien no venga. Es muy probable que este bochornoso escándalo impulse a los 24 gobernadores del Banco a tomar una decisión definitiva sobre Wolfowitz, es decir: o pedir su renuncia, o retirarle la confianza o por lo menos a auditar una serie de decisiones tomadas por él. La solución no es dinamitar el edificio que queda en la Calle 17 en Washington, todo lo contrario. Y ojalá en estas tierras tomen el ejemplo como lección.

No hay comentarios en este titulo.

para colocar un comentario.