LO QUE SE COMIERON LAS LANGOSTAS

Una de las características más inquietantes de la crisis mundial de economía de estos tiempos es la falta de liderazgo político en cualquier parte. Nadie tiene el valor para decirle la verdad a la gente. Y la verdad, ay, es que cuatro de los pilares de la economía global de estos tiempos -Europa, Estados Unidos, China y el mundo árabe- han dilapidado, cada uno a su propia manera, enormes dividendos de los que gozaron en décadas recientes y ahora tienen que salir de sus respectivos hoyos con menos recursos, menos tiempo y, casi seguramente, más dolor. No existe una salida fácil. Pero a medida que se vuelve ineludible enfrentar estas duras verdades pienso que probablemente veremos algo de política salvaje, iracunda y desestabilizadora que pudiera dificultar incluso más la recuperación económica. Hoyos profundos y líderes débiles son una mala combinación. Así que para Europa, los árabes, China y Estados Unidos, en diferentes formas, estos han sido los años que las langostas se comieron. Recuperar la salud será desgarrador para todos nosotros. Si yo fuera el presidente Barack Obama, ahora centraría mi campaña entera en un esfuerzo por forjar de nuevo un "gran acuerdo" con republicanos, fundamentado en un estímulo de infraestructura a corto plazo que esté vinculado con un rebalanceo fiscal Simpson-Bowles a largo plazo. Cuando menos, eso demostraría que Obama tiene un plan prudente para reparar la economía -que es lo que más quiere el pueblo del presidente- y seguramente muchos en el mundo empresarial lo apoyarían. No podemos esperar hasta enero para hacer nuevamente una seria toma de decisiones. Nosotros, y el mundo, necesitamos que Estados Unidos sea una roca de estabilidad ahora.