MAS ALLA DE LOS DOLARES VENEZOLANOS

La posibilidad de acceder a financiamiento en un país hermano -como sucedió ya con el préstamo en petróleo otorgado por Venezuela en 1987, cuando un terremoto rompió el oleoducto transecuatoriano- obviaría las onerosas 'condicionalidades' impuestas por los multilaterales: armazón de las políticas económicas ortodoxas. Con esto, no solo que el Gobierno puede ver con más tranquilidad el financiamiento inmediato, sino que, más allá de los dólares que se obtengan, puede profundizar los anunciados cambios en el manejo económico. En este contexto, la operación financiera, en tanto sea un aliciente para diversificar las fuentes de financiamiento, puede configurar un escenario adecuado que permita desarmar las limitaciones impuestas por la deuda externa (empezando por los Bonos Global), que tiene hipotecado el desarrollo ecuatoriano. Pero no solo eso. Se estaría estudiando la posibilidad para que Venezuela refine parte del crudo ecuatoriano, con lo que el Ecuador, reconociendo el costo y la utilidad que le corresponde al dueño de la refinería, obtendría un rédito mayor al vender su hidrocarburo refinado. Esta propuesta se ampliaría con una alianza estratégica en el campo petrolero, que permita el suministro sin intermediarios de los derivados que requiere el Ecuador, la comercialización combinada del crudo de los dos países, así como el intercambio de información y el apoyo tecnológico entre sus empresas estatales. Este sería el punto de partida para una integración energética que supere la simple relación comercial, en la medida que se impulsen proyectos y medidas de política orientadas a mejorar las condiciones de producción y consumo de todos los recursos energéticos disponibles.