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NEGOCIAR CON EUROPA

Por: Tema(s): En: El Universo 10 mar. 2012, p. 6Resumen: Hace 6 años, en el gobierno de Alfredo Palacio, dejamos pasar el tren del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Decidimos que las ventajas (acceso más fácil y casi inmediato al mayor mercado del mundo, más inversión para aprovechar esas ventajas) eran inferiores a las desventajas (ceder espacio en propiedad intelectual, abrir las compras públicas, enfrentar los subsidios norteamericanos. aunque se establecían plazos más largos para la entrada de productos extranjeros). Mala decisión, muy mala, mientras todos los demás del Pacífico sí lo hicieron (¿será que solo nuestra visión es mejor que la de 10 otros?). Y, ahora, cada año "rogamos" para que se extiendan las ventajas temporales del ATPDEA (que muy probablemente morirán en el 2013). Nos encontramos 6 años más tarde frente al mismo dilema con Europa y con muchos de los mismos actores (porque los opositores al acuerdo con Estados Unidos ahora son Gobierno). Dejando de lado amores o desamores ideológicos, ¿son las ventajas mayores que las desventajas? No hay nada nuevo por analizar. Por un lado, lo positivo: menores aranceles para acceder a un enorme mercado, que además es nuestro principal comprador de productos no petroleros (y de la producción de pequeños productores) y estabilidad en el largo plazo que permite invertir más. Por otro lado, lo negativo: aceptar condicionamientos en propiedad intelectual (probablemente más estrictos que con Estados Unidos), abrir el mercado de compras públicas (quizás para no darle a la China las ventajas que hoy tiene), enfrentar productos subsidiados. aunque también hay una serie de cláusulas para protegernos de todo eso. Algunos ingenuos creían que negociar con Europa era más fácil que con Estados Unidos (porque Europa tiene un lenguaje "más amistoso y desarrollista". pero no es más que lenguaje). Bueno, la realidad aparece tal como es. Y ojalá no cometamos el mismo error de hace 6 años. Cuando nos arrepintamos, será muy tarde. y los responsables políticos ya no estarán presentes, los productores con problemas sí.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO El Universo. 10 mar. 2012, p. 6 Disponible

Hace 6 años, en el gobierno de Alfredo Palacio, dejamos pasar el tren del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Decidimos que las ventajas (acceso más fácil y casi inmediato al mayor mercado del mundo, más inversión para aprovechar esas ventajas) eran inferiores a las desventajas (ceder espacio en propiedad intelectual, abrir las compras públicas, enfrentar los subsidios norteamericanos. aunque se establecían plazos más largos para la entrada de productos extranjeros). Mala decisión, muy mala, mientras todos los demás del Pacífico sí lo hicieron (¿será que solo nuestra visión es mejor que la de 10 otros?). Y, ahora, cada año "rogamos" para que se extiendan las ventajas temporales del ATPDEA (que muy probablemente morirán en el 2013). Nos encontramos 6 años más tarde frente al mismo dilema con Europa y con muchos de los mismos actores (porque los opositores al acuerdo con Estados Unidos ahora son Gobierno). Dejando de lado amores o desamores ideológicos, ¿son las ventajas mayores que las desventajas? No hay nada nuevo por analizar. Por un lado, lo positivo: menores aranceles para acceder a un enorme mercado, que además es nuestro principal comprador de productos no petroleros (y de la producción de pequeños productores) y estabilidad en el largo plazo que permite invertir más. Por otro lado, lo negativo: aceptar condicionamientos en propiedad intelectual (probablemente más estrictos que con Estados Unidos), abrir el mercado de compras públicas (quizás para no darle a la China las ventajas que hoy tiene), enfrentar productos subsidiados. aunque también hay una serie de cláusulas para protegernos de todo eso. Algunos ingenuos creían que negociar con Europa era más fácil que con Estados Unidos (porque Europa tiene un lenguaje "más amistoso y desarrollista". pero no es más que lenguaje). Bueno, la realidad aparece tal como es. Y ojalá no cometamos el mismo error de hace 6 años. Cuando nos arrepintamos, será muy tarde. y los responsables políticos ya no estarán presentes, los productores con problemas sí.

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