PROPUESTA PELIGROSA
Tema(s): En: El Comercio 12 jun. 2009, p. 10Resumen: El Gobierno quiere que la banca traiga al país USD 1 200 millones que los mantiene invertidos en el mercado internacional. El objetivo lo sabemos de memoria: busca que se los utilice para expandir el crédito nacional. Mirado de esta forma la propuesta luce lógica. Casi impecable. Pero en el fondo es de alto riesgo para el sistema y el país. Deja al descubierto los intereses de los depositantes y pone al sistema financiero en una posición muy incómoda frente a una situación imprevista, pero posible, de sensación de peligro y pérdida de confianza. Si aquello sucede, el Banco Central no tiene cómo enfrentar el problema porque no emite dólares y las instituciones financieras no podrían devolver los valores requeridos, porque los utilizaron en la concesión de los créditos que les obligó el Gobierno. Algunos pensarán que la utilización del Fondo de Liquidez en algo puede paliar la situación. Pero sus 400 millones sólo cubren el 3 por ciento de los depósitos y además son recursos de los propios depositantes, porque el Gobierno no ha puesto un centavo. Otros dirán que con la nueva AGD, o sea con la remozada Agencia de Seguros de Depósitos que recibió 130 de los 450 millones que aportó la banca, se defendería a los pequeños depositantes. Pero el valor acumulado, en donde tampoco el Gobierno ha puesto un céntimo, apenas alcanza al uno por ciento de los depósitos. Por este camino se transita en laderas muy inclinadas con un equilibrio tan precario que se puede terminar en el fondo de una quebrada. Unos terminarán magullados, otros heridos y una buena cantidad muertos. Eso ya pasó en 1999 cuando las advertencias y los correctivos oportunos fueron desoídos.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 12 jun. 2009, p. 10 | Disponible |
El Gobierno quiere que la banca traiga al país USD 1 200 millones que los mantiene invertidos en el mercado internacional. El objetivo lo sabemos de memoria: busca que se los utilice para expandir el crédito nacional. Mirado de esta forma la propuesta luce lógica. Casi impecable. Pero en el fondo es de alto riesgo para el sistema y el país. Deja al descubierto los intereses de los depositantes y pone al sistema financiero en una posición muy incómoda frente a una situación imprevista, pero posible, de sensación de peligro y pérdida de confianza. Si aquello sucede, el Banco Central no tiene cómo enfrentar el problema porque no emite dólares y las instituciones financieras no podrían devolver los valores requeridos, porque los utilizaron en la concesión de los créditos que les obligó el Gobierno. Algunos pensarán que la utilización del Fondo de Liquidez en algo puede paliar la situación. Pero sus 400 millones sólo cubren el 3 por ciento de los depósitos y además son recursos de los propios depositantes, porque el Gobierno no ha puesto un centavo. Otros dirán que con la nueva AGD, o sea con la remozada Agencia de Seguros de Depósitos que recibió 130 de los 450 millones que aportó la banca, se defendería a los pequeños depositantes. Pero el valor acumulado, en donde tampoco el Gobierno ha puesto un céntimo, apenas alcanza al uno por ciento de los depósitos. Por este camino se transita en laderas muy inclinadas con un equilibrio tan precario que se puede terminar en el fondo de una quebrada. Unos terminarán magullados, otros heridos y una buena cantidad muertos. Eso ya pasó en 1999 cuando las advertencias y los correctivos oportunos fueron desoídos.
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