EL DESCALABRO ELECTRICO

El presidente del Fondo de Solidaridad asegura que en junio próximo empezará el proceso de concesión a un operador privado de nueve empresas de distribución eléctrica. Se vuelve apremiante hacerlo ante la sombría realidad de un lastre que debe ser enfrentado con gran entereza. Las pérdidas técnicas de las distribuidoras alcanzan el 10,11 por ciento y las pérdidas negras, el 13,85 por ciento. El déficit de gestión gerencial es evidente. El primer principio al que debe responder la organización económica del Ecuador es el de la eficiencia. Así lo proclama el art. 242 de la Constitución. Y el país solo será competitivo y asegurará un futuro de progreso y bienestar si genera energía al menor costo posible. Pero dicha disposición constitucional no es respetada cuando el Conelec se apresta -según informaciones de prensa- a aplicar nuevos pliegos tarifarios (léase nuevas tarifas) a los consumidores residenciales a partir del próximo mes de abril, es decir, luego de muy pocos días. Es increíble que las ya permanentes ineficiencias de las empresas de distribución eléctrica sigan siendo financiadas por el pueblo a través de reajustes tarifarios que el Estado se ve obligado a adoptar para mantener a estos dinosaurios que dilapidan los presupuestos con cargo al bolsillo del usuario. Ni el subsidio cruzado a favor de los consumidores residenciales de escasos recursos económicos se respeta.