REFORMA PREVISIONAL

Es comprensible que los grupos económicos capitalinos y sus acólitos, los que por años han lucrado de la compraventa del Presupuesto Consolidado del Estado y de la explotación de las entidades y empresas públicas promuevan, valiéndose de todas las falacias posibles, la no-devolución de los Fondos de Reserva al trabajador como medio para robustecer el sistema centralizado de administración del Estado y la gestión de la economía pública y privada desde el centro, y para asegurarse el discrecional direccionamiento de las inversiones y el gasto de los recursos previsionales. Entre las falacias está el colapso del IESS, del Estado, de la dolarización, etc. Pero, es incomprensible que algunos empresarios guayaquileños, al propiciar la no-devolución de estos Fondos, promuevan eso, es decir, el fortalecimiento del sistema centralizado de administración del Estado, la gestión de la economía pública y privada desde el centro y el direccionamiento arbitrario decidido en el centro de esos recursos. Es inaudito que empresarios privados de Guayaquil y la periferia sostengan que aumentar la capacidad de compra o de ahorro e inversión privados de la población es perjudicial para la economía privada. Es inaudito que empresarios de la periferia sostengan que la mejor opción es aumentar el ahorro gestionado por el sector público para financiar a toda costa y costo el crecimiento perpetuo del Estado y de su Presupuesto. Es inadmisible que empresarios de la periferia sostengan que transferir el poder a la periferia, recursos y decisiones, es perjudicial, o, consideren saludable concentrar aún más el poder en la Capital.