PAIS RICO CON MUCHOS POBRES

Es una clara contradicción y paradoja cómo un país rico puede continuar todavía con una pobreza cercana al 60 por ciento de la población total. ¿Por qué casi nadie pone en el tapete de la discusión nacional el problema de la educación? No con el repetido argumento, muchas veces equivocado, de que hay falta de recursos sino como lo que es, un sector politizado, con una estructura caduca y sin objetivos claros. Mientras el 95 por ciento de lo que destina el Estado para el sector educación se absorbe en sueldos y salarios y otros gastos corrientes, ¿cómo se pretende brindar mejor infraestructura educativa? Mientras por cada evento de controversia que sucede en el país, situación por cierto casi permanente, el sector educativo paraliza sus actividades, ¿cómo entonces podemos educar eficiente a nuestros niños? Por todo esto, no cerremos la discusión a causas distintas o pretendamos hablar solo que falta plata. ¿Más plata para ahondar estos problemas? O hay una reforma que cambie de raíz estas distorsiones, o se pone el orden necesario a la paralización de actividades públicas, o el país seguirá sin atender como debe la principal razón del subdesarrollo y la pobreza: una mala educación.