EL IESS AL MARGEN DEL CONFLICTO

La crisis de la seguridad social deja al descubierto el escaso espacio que le correspondió al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, en un escenario donde el protagonismo se disputó entre los jubilados y las instancias políticas que agotaron las opciones de salida y finalmente optaron por la vía de una comisión de estudio para calmar el difícil temporal. El IESS debiera tener igual significación. Es la única previsión financiera para el futuro de los afilados y ofrece la mayor cobertura de salud de todo el país. Cuenta con recursos resguardados y en los últimos años logró depurar burocrática y sindicalmente el interior del cuerpo institucional. Sin embargo, no es capaz de imponer personalidad en la conducción corporativa frente a las justificadas demandas sociales y a las exigencias de un Estado obeso y famélico. Una posible respuesta a tan extraña paradoja conduce a evaluar la estructura del cuerpo directivo integrado por representantes del Gobierno, así como de sectores productivos y laborales, muy lejanos de la masa anónima de los afilados. Deben estudiarse los antiguos e indolentes Consejos Directivos; el lapso de la Comisión Interventora y la ineficaz estructura actual que en la crisis perdió toda legitimidad. El conflicto de los jubilados es la oportunidad para grandes rectificaciones.