LA EDUCACION Y EL TLC

En América Latina el TLC está concebido no para proteger al consumidor, al pueblo pobre, sino a quienes con apoyo del poder político, económico, empresarial y de quienes "hacen" la opinión pública, maniobran por mantener mercados cautivos onerosos, escasos y limitados. Pretender que nuestros productos se exporten con la maraña de impuestos, 90 para vivir y producir y más de 40 para exportar, (inflación de costos) solo logrará el sometimiento y el vasallaje a los intereses de "empresaurios" de otros países. Y mientras el propio Estado, para pagar su deuda externa, le roba sus rentas a la educación pública, el TLC nos pone barreras al resto del mundo. El libre comercio abierto al mundo, bis a bis con cualquier país, y no amarrado con los países vecinos, ni solo con EE.UU., es la tesis que yo propongo para mejorar el nivel de vida de los más pobres e involucrarlos en la educación del siglo XXI.