SALVAGUARDIAS, ¿Y DESPUES?

Las salvaguardias son mecanismos de excepción a la regla general del libre comercio, que, contemplados en un tratado, permiten que los países ejerciten acciones para lograr efectos transitorios de protección a un sector determinado. Estas medidas no son permanentes ni tampoco pueden ser discriminatorias. Es por esto que hay que concentrarse en las acciones que se deben implementar de inmediato para que, después de eliminadas esas protecciones, competir eficazmente. El Ecuador tiene pleno derecho de aplicar salvaguardias, pero éstas no servirán de nada, si, paralelamente, no se implementan medidas para incrementar la competitividad del país. Este no es un acto unilateral ni "heroico" del empresario. Es un asunto de doble vía entre el sector público y el privado. Los niveles de competitividad de un país son permanentemente medidos por ciertos factores en los que intervienen los dos sectores. El grado de apertura comercial, el desempeño del Gobierno, el desarrollo del mercado financiero, la infraestructura, el desarrollo tecnológico, la gestión empresarial, la eficiencia del mercado laboral, entre otros, son indicadores que permiten determinar si un país es o no competitivo. El Ecuador necesita diseñar urgentemente una agenda nacional que vaya más allá de la coyuntura o del momento, por medio de una acción permanente del sector público y los empresarios, y se concentre especialmente en temas que, concordantes con los cambios y actitudes del mundo, le sirva para desarrollarse como nación competitiva y para elevar el nivel de vida de sus habitantes.