EL TURNO DE AGIP
Tema(s): En: Hoy 28 mayo 2003, p. A. 4Resumen: Se va del Ecuador otro gigante de la industria petrolera internacional. Lo de AGIP vuelve a causar preocupación en la mente de quienes sabemos lo importante que es para un país la inversión extranjera de primer orden, como es esto de tener el altísimo honor de que una de las "empresas bandera" de la Comunidad Europea, la estatal ENI de Italia, dueña de AGIP, se haya fijado en nuestro país y ahora salga en busca de puerto tranquilo, lejos de furiosa tempestad. La inversión nacional y extranjera no tiene refugio en el Ecuador. Como que los inversionistas no son bienvenidos. Desde 1989, ni les viene ni les va a los gobernantes ofrecer seriedad y seguridad contractual. La autoridad prefiere sus exabruptos populistas, antes que respaldar los contratos del Estado. Sin estabilidad institucional, no se respetan los intereses del Estado ni mucho menos los contratos petroleros, los más importantes que ha tenido el Ecuador en las cuatro últimas décadas.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Hoy. 28 mayo 2003, p. A. 4 | Disponible |
Se va del Ecuador otro gigante de la industria petrolera internacional. Lo de AGIP vuelve a causar preocupación en la mente de quienes sabemos lo importante que es para un país la inversión extranjera de primer orden, como es esto de tener el altísimo honor de que una de las "empresas bandera" de la Comunidad Europea, la estatal ENI de Italia, dueña de AGIP, se haya fijado en nuestro país y ahora salga en busca de puerto tranquilo, lejos de furiosa tempestad. La inversión nacional y extranjera no tiene refugio en el Ecuador. Como que los inversionistas no son bienvenidos. Desde 1989, ni les viene ni les va a los gobernantes ofrecer seriedad y seguridad contractual. La autoridad prefiere sus exabruptos populistas, antes que respaldar los contratos del Estado. Sin estabilidad institucional, no se respetan los intereses del Estado ni mucho menos los contratos petroleros, los más importantes que ha tenido el Ecuador en las cuatro últimas décadas.
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