CHILE SE ATREVE Y ¿ECUADOR?

El acuerdo recientemente suscrito entre Estados Unidos y Chile para el establecimiento de un Tratado de Libre Comercio (TLC) constituye, por un lado, el epilogo de once años de negociaciones y por otro, el comienzo de una nueva era en las relaciones comerciales entre los dos países. Este compromiso sigue a otro éxito logrado por este país al firmar un convenio similar con la Unión Europea. Por todo esto varios analistas señalan que la autoestima de Chile es tal que ha decidido codearse con los grandes. Que ha pasado a formar parte del exclusivo grupo de países que conjuntamente con Canadá, Israel, México y Jordania mantienen un esquema de libre comercio con Estados Unidos. Que se aleja cada vez más de América Latina y por ende, de un contexto difícil política y económicamente como es el que ofrece la región. Resulta evidente que este ejemplo constituye un referente de gran utilidad para todos los demás países sudamericanos. En suma, frente a la iniciativa chilena, que al parecer será seguida por los países centroamericanos, es menester que Ecuador se preocupe de crear una mentalidad positiva en torno a la necesidad de buscar socios para el progreso en orden a aprovechar todo su potencial exportador, pues más temprano que tarde deberá enfrentar el problema de la competencia externa en toda su magnitud.