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ABRIR LA PUERTA A LA ESPERANZA

Por: Tema(s): En: Hoy 27 nov. 2002, p. A.4Resumen: El triunfo de Lucio Gutiérrez, forjado por un arco iris de fuerzas sociales y políticas, en proceso de consolidación antes de la rebelión del 21 de enero del 2000, sintetiza un voto de castigo y un voto de esperanza. De castigo, en la medida que expresa el rechazo a las políticas aplicadas particularmente en las últimas dos décadas. Y de esperanza, en tanto ansía un cambio, prometido por el propio Gutiérrez. Ser coherente con este mensaje es el reto del presidente electo. Tarea difícil. Sobre todo cuando los corifeos del manejo económico ortodoxo, conservador y prudente, aupados por los grandes medios de comunicación, aseguran que si bien la democracia elige a sus gobernantes en función de aquel candidato que mayor votación recibe, el momento en que se adoptan decisiones económicas, no necesariamente las mayorías tienen la razón. Por eso esperan que el nuevo mandatario tenga un desprendimiento ideológico y que apoye lo que logró el actual gobierno en el ejercicio económico. En suma, piden más de lo mismo. Ahora, cuando se elabora el programa del nuevo gobierno, es preciso reflexionar sobre la disyuntiva planteada. Los electores han fincado su esperanza en el inicio del cambio, mientras que el bloque neoliberal apuesta por un continuismo que provocará descontento y frustración popular. Si el nuevo gobierno no abre la puerta al cambio, en poco tiempo se exigirá el cambio del gobierno.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO Hoy. 27 nov. 2002, p. A.4 Disponible

El triunfo de Lucio Gutiérrez, forjado por un arco iris de fuerzas sociales y políticas, en proceso de consolidación antes de la rebelión del 21 de enero del 2000, sintetiza un voto de castigo y un voto de esperanza. De castigo, en la medida que expresa el rechazo a las políticas aplicadas particularmente en las últimas dos décadas. Y de esperanza, en tanto ansía un cambio, prometido por el propio Gutiérrez. Ser coherente con este mensaje es el reto del presidente electo. Tarea difícil. Sobre todo cuando los corifeos del manejo económico ortodoxo, conservador y prudente, aupados por los grandes medios de comunicación, aseguran que si bien la democracia elige a sus gobernantes en función de aquel candidato que mayor votación recibe, el momento en que se adoptan decisiones económicas, no necesariamente las mayorías tienen la razón. Por eso esperan que el nuevo mandatario tenga un desprendimiento ideológico y que apoye lo que logró el actual gobierno en el ejercicio económico. En suma, piden más de lo mismo. Ahora, cuando se elabora el programa del nuevo gobierno, es preciso reflexionar sobre la disyuntiva planteada. Los electores han fincado su esperanza en el inicio del cambio, mientras que el bloque neoliberal apuesta por un continuismo que provocará descontento y frustración popular. Si el nuevo gobierno no abre la puerta al cambio, en poco tiempo se exigirá el cambio del gobierno.

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