SI AL LIBRE COMERCIO

La posibilidad de comerciar con los vecinos, fue la que abrió el paso a los mecanismos más poderosos de generación de riqueza: la especialización y la productividad. Ahí reside la acumulación de riqueza. No, en la intervención estatal. No, en las prebendas. Por eso cualquier paso hacia el libre comercio debe ser apoyado (ALCA o cualquier opción que ofrezca la geopolítica). Cierto es que la complicada telaraña mundial de intereses utiliza extraños caminos para llegar al puerto más seguro. En el país se plantea muchas trabas en ese camino hacia el libre comercio. Que primero debemos prepararnos a través de acuerdos subregionales. Pero ¿acaso no lo hemos hecho ya durante 25 años con el Pacto Andino? ¿Cuánto más entrenamiento necesitamos? Que requieren mecanismos de compensación entre los más y menos desarrollados. Más bien pensemos que donde aparecen oportunidades, los capitales fluyen. Que no se trata de abrirnos mientras otros (los EE.UU.) mantienen sus mercados cerrados y subsidiados. Sin duda, el libre comercio es un juego para todos. Pero sobre todo necesitamos creer. Dejemos a la gente pelear, y peleará con éxito.