A ULTIMA HORA TODO

Somos campeones en el Ecuador para dejar acumular las decisiones para el último, a fin de adoptar resoluciones complicadas a "última hora" cuando el "agua nos llega al cuello". Es repetitivo escuchar lo desastroso que significaría un programa económico conservador y ortodoxo en momentos en que el precio del petróleo es alto con estimaciones de precios incluso mayores. Precisamente ese es el momento cuando se deben adoptar los correctivos para que, si los tiempos cambian, no tengamos necesidades de medidas radicales. La postergación de decisiones le ha significado al país al menos dos problemas de gran envergadura: haber tenido hasta hace algunos meses la inflación más alta de América Latina y poseer el título de mayor atraso relativo de la región en la modernización de servicios básicos. Estamos perdiendo un precioso tiempo que deberíamos dedicar a mejorar nuestros estándares de vida, a que la inversión privada se haga presente, y a dejar un país más "vivible" para nuestros hijos.