EL FMI ES EL CHIVO EXPIATORIO
Tema(s): En: Expreso 5 jul. 2002, p. 5Resumen: Los últimos casos de corrupción en el Ministerio de Economía demuestran una vez más que el Fondo Monetario Internacional (FMI) es el chivo expiatorio preferido para asignarle la culpa de los desastres sociales que en realidad son causados por la irresponsabilidad y la corrupción de los gobiernos. En este último caso, es precisamente el FMI el que aparece como el defensor real de los intereses nacionales. Por irónico y paradójico que parezca, es el FMI el que cuestionó primero la imprudencia presupuestaria del Ministerio de Economía y la demagogia populista del Gobierno. Las autoridades económicas se mostraban reacias a suscribir un acuerdo con el FMI esgrimiendo argumentos supuestamente nacionalistas. Pero el escándalo de la corrupción descubierto en ese Ministerio nos revela que la animosidad contra el FMI provenía en realidad de la resistencia burocrática a adoptar la disciplina, la austeridad y el manejo responsable de las finanzas públicas.| Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Expreso. 5 jul. 2002, p. 5 | Disponible |
Los últimos casos de corrupción en el Ministerio de Economía demuestran una vez más que el Fondo Monetario Internacional (FMI) es el chivo expiatorio preferido para asignarle la culpa de los desastres sociales que en realidad son causados por la irresponsabilidad y la corrupción de los gobiernos. En este último caso, es precisamente el FMI el que aparece como el defensor real de los intereses nacionales. Por irónico y paradójico que parezca, es el FMI el que cuestionó primero la imprudencia presupuestaria del Ministerio de Economía y la demagogia populista del Gobierno. Las autoridades económicas se mostraban reacias a suscribir un acuerdo con el FMI esgrimiendo argumentos supuestamente nacionalistas. Pero el escándalo de la corrupción descubierto en ese Ministerio nos revela que la animosidad contra el FMI provenía en realidad de la resistencia burocrática a adoptar la disciplina, la austeridad y el manejo responsable de las finanzas públicas.
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