HAY QUE IR A FONDO, PERO NO AL FONDO...

Argentina vive momentos dramáticos. De país modelo pasó a laboratorio de crisis. Los países que han conseguido mejores índices de crecimiento -China, Botsuana o Malasia- eligieron sus propias políticas e ignoraron la receta del FMI. El reto no es 'caminar por la delgada línea del equilibrio entre las necesidades del escenario internacional y de la gente', como afirmó Roberto Lavagna desde Bruselas, horas antes de asumir el Ministerio de Economía en Buenos Aires. Resulta difícil compatibilizar la generación de empleo con el servicio de la deuda externa, el incremento de la producción con la rigidez fiscal, el fortalecimiento del sector exportador con el inmovilismo cambiario... es imposible conciliar las demandas de la población con las de un escenario internacional sobredeterminado por la especulación y la sobreexplotación de los países pobres. El reto consiste en diseñar nuevos esquemas de política económica que alienten la producción y que repartan con equidad los costos de un nuevo tipo de ajuste a partir de la vigencia de todos los derechos humanos. Para salir del fondo de la pobreza en que se encuentra América Latina hay que ir a fondo en la aplicación de políticas alternativas, para no tener que ir sumisamente al Fondo.