LA REFORMA TRIBUTARIA

El contenido de la propuesta de reforma tributaria planteada por el gobierno, ayuda al fortalecimiento de las finanzas públicas, pues no solo simplifica y reduce una buena cantidad de impuestos, sino que elimina también una serie de distorsiones. El capítulo relativo al Sistema Tributario Municipal y Provincial va a permitir recuperar el concepto de autonomía financiera en base a las contribuciones más equitativas, de los habitantes de cada circunscripción. Cabe sobre esto plantear dos sugerencias: La primera relativa al impuesto a la Plusvalía, si ahora los impuestos prediales se van a pagar en función del valor de mercado de los inmuebles urbanos y rurales y además los municipios mantienen el cobro de mejoras en las obras públicas, en la práctica con estos dos conceptos ya se cobra el impuesto a la plusvalía, de tal forma que su insistencia duplica la base tributaria. El segundo punto se refiere al Impuesto sobre los Activos Totales que tiene la misma duplicidad con la Patente Municipal Anual que se calcula sobre el capital de la empresa o sociedad que desea realizar actividad comercial en la localidad. Por ello este impuesto es una reiteración sobre un mismo hecho económico, cuya desaparición contribuirá a racionalizar la tributación municipal. En otro orden el país ha eliminado varios ingresos presupuestarios, la semana pasada se establecieron nuevas obligaciones. Esta semana se puso en marcha un plan de austeridad y es tiempo de trabajar para crear nuevas rentas y asegurar unas finanzas públicas robustas, el aumento del impuesto al valor agregado (IVA), por controversial que sea, es un medio para hacerlo. Por su parte la absorción de la Corporación Aduanera Ecuatoriana (CAE), por parte del Servicio de Rentas Internas (SRI), es otro tema de discusión. Parece más recomendable crear la obligación ineludible de la CAE de entregar todo tipo de información al SRI y, someterla al régimen de sanciones penales que están sujetos los Agentes de Percepción y Recepción de Impuestos. La reforma es una responsablidad nacional y si bien forma parte del acuerdo convenido con el Fondo Monetario Internacional, debe estar claro para todos que la economía ecuatoriana no se estabilizará mientras no tenga unas finanzas públicas sanas, equilibradas y también con recursos predecibles.