LA TROLE II Y LA ECONOMIA

El gobierno parece librar una batalla perdida por anticipado, en torno a la Ley de Promoción de Inversiones y Participación Ciudadana. La cuestión está en que la mayoría de centro izquierda ha impuesto desde el Parlamento su predominio en el Tribunal Constitucional (TC). Frente a la revisión que el TC ha hecho de la mencionada ley, desde varios sectores se ha señalado que si se declaran insubsistentes por vicios de inconstitucionalidad algunas de sus disposiciones, se generaría un caos económico, porque los inversionistas nacionales o extranjeros, no sentirían un clima confiable para sus capitales. Hay varias lecciones que se deben considerar. La primera de ellas se relaciona con la precipitación en que cayó el régimen cuando decidió publicarla, a pesar de que el Congreso materialmente se vio paralizado por la pugna de la elección de su presidente, durante agosto. La segunda lección tiene que ver con el buen uso de la política para salvaguardar objetivos económicos de corto, mediano y largo plazo. El gobierno de Noboa ha pecado de confiado o de ingenuo en este aspecto. La tercera lección es consecuencia de las dos anteriores: antes que el texto de una ley, la transformación de la economía es resultado de acciones consistentes, diseñadas y ejecutadas con la finalidad de ofrecer a la sociedad alternativas ciertas de mejoramiento y progreso, que paulatinamente le ofrezcan el camino para salir de la pobreza. Cuando un gobierno solo se queda en enunciados espectaculares, a medida que pasa el tiempo su credibilidad se deteriora. Y entonces, temas como los de modernización del Estado, o las reformas económicas que son menester emprender con ese fin, se quedan en palabras huecas.