LA CUMBRE SUDAMERICANA

Los países de América del Sur, por primera vez en la historia de las relaciones hemisféricas, comienzan a identificarse como distintos de sus vecinos de Centroamérica y del Caribe en cuanto a los problemas que comparten, a los fines que deben buscar conjuntamente y a los medios que han de usar para alcanzarlos. Muchos consideran necesaria una alternativa regional a la iniciativa norteamericana del Area del Libre Comercio de las Américas (ALCA), de acuerdo a la vieja teoría de que la unión latinoamericana debe preceder a la integración con la de Estados Unidos; paso necesario para que la región mejore su capacidad de negociación y no corra el riesgo de ser absorbida por el gigante norteamericano. A lo que se suma el deseo del Brasil, diplomáticamente difuminado, de asumir un liderazgo sudamericano. Al constituir la octava economía del mundo y disponer de un vasto espacio geográfico, junto al interés de ampliar el comercio entre sus vecinos que ya representa una cuarta parte de sus exportaciones. Los presidentes reunidos en Brasilia han acordado constituir una Zona de Libre Comercio hasta el 2002, tres años antes que el proyecto hemisférico del ALCA, cuyo primer paso será fusionar el Mercosur y la Comunidad Andina, con miras a integrar un espacio económico comunitario que abarque los territorios de los doce países que integran Sudamérica.