OTRA VEZ LAS CONVENIENCIAS

La discusión alrededor de los términos de la Carta de Intención firmada con el FMI demuestra las enormes dificultades que tiene Ecuador para superar su delicada situación económica. Ahora, resulta que los propulsores de la dolarización no están de acuerdo con los principios clásicos y con la ortodoxia que exige el sistema cambiario propuesto por ellos mismos. Se muestran contrarios a los ajustes fiscales, tienen serias reservas sobre la necesidad de corregir los desequilibrios sociales, y proponen alternativas que diluyen el buen manejo económico a lo largo del tiempo. Pero ya es tarde. Le embarcaron al país en este proceso que tiene enormes peligros, uno de los cuales es precisamente la falta de consistencia del programa económico. A este paso, se verá como también se cuestiona la perseverancia en el cumplimiento de los principios macroeconómicos básicos que exige la economía, con argumentos de reactivar el país, flexibilizar las normas, posponer el ajuste, defender a los pobres, etc. No puede ser que ciertos sectores exportadores ya no quieran pagar impuestos y empiecen a reclamar compensaciones por la rigidez del tipo de cambio.