LA INTENCION DE LA CARTA

La reciente aprobación del programa económico por parte del directorio del FMI merece algunas explicaciones. Los problemas, en lugar de estar asociados a convenios con los organismos internacionales, están relacionados con errores propios nuestros, en los cuales la característica ha sido exactamente la contraria: el Ecuador ha suscrito nueve Cartas de Intención y ha cumplido únicamente una de ellas. ¿Es entonces el FMI el culpable de estos problemas o seremos nosotros mismos los culpables? El FMI se puede equivocar, pero esto en absoluto justifica que no se solicite apoyo a este organismo en una coyuntura en que nadie le prestaría un dólar al país. Creo que es el momento de desprendernos de esos prejuicios tercermundistas y más bien 'aprovecharnos' del FMI para que el financiamiento externo nos permita equilibrar la economía y crecer sostenidamente para reducir el desempleo y la pobreza. Esta debe ser la 'Intención de la Carta'. No confundamos las cosas ni la discusión. Lo anotado en absoluto desconoce la real y apremiante necesidad de que la rentabilidad de las empresas tenga una suerte de 'moratoria' para que una sustantiva recuperación de los pírricos salarios de los trabajadores nos permita un ambiente de menor tensión social.