CONGELADOS

La crisis bancaria y financiera que estalló como bomba ha recibido como una única explicación la que dio el señor Egas, superintendente de Bancos, cuando apareció en la imagen televisiva, para decirnos que ante la delicada situación bancaria del país se ha resuelto conceder un feriado bancario de dos días, que luego pasó a ser de cinco. Posteriormente se conoció que tal medida no fue consultada con la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE) y que se gestó en las sombras de una madrugada antes de que el gallo cante. ¿Qué intereses se debatieron en esas horas? ¿Qué bancos pidieron la medida? ¿Qué consideraciones prevalecieron, para la congelación de depósitos? Todas estas preguntas han quedado en el aire, sin respuestas y con la dramática certidumbre de que la banca estaba quebrada y los depositantes con su dinero congelado durante un año. Lo que sentimos ahora es un país congelado como el iceberg de la metáfora.