DEFICIT SORPRENDENTE Y ELEVADO
Tema(s): En: El Comercio 10 oct. 1996, p. A.5Resumen: La política fiscal se ha convertido en uno de los indicadores que con más atención siguen los interesados en la macroeconomía. Si crece mucho, preocupa por que los mecanismos de financiamiento siempre tienen impactos negativos. Si el saldo fiscal mejora mucho también genera preocupación: porque no hay suficiente obra pública, porque se están cobrando más impuestos. Por eso el déficit fiscal se ha convertido en una cifra mágica y por eso sorprende que se proyecte para finales de 1996 un déficit del orden del 3 por ciento del PIB. Nuestra sorpresa viene de una comparación muy sencilla con el año 1992, año de una dificil ttransición política, en el que el déficit proyectado hacia agosto equivalía al 7 por ciento del PIB, pero que finalmente se situó alrededor del 2,5 por ciento. Desde entonces se han dado algunos factores positivos desde el punto de vista de las finanzas públicas. Las exportaciones de petróleo fueron en 1992 de US1.330 millones. Para 1996 se puede proyectar una cifra superior a los US1.600 millones. La diferencia equivale a más del 1,5 por ciento del PIB. El saldo de la deuda externa pública ha caído en estos últimos cuatro años del 100 por ciento al 66 por ciento del PIB.| Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | RESUM-008852 (Navegar estantería(Abre debajo)) | El Comercio. 10 oct. 1996, p. A.5 | Disponible |
La política fiscal se ha convertido en uno de los indicadores que con más atención siguen los interesados en la macroeconomía. Si crece mucho, preocupa por que los mecanismos de financiamiento siempre tienen impactos negativos. Si el saldo fiscal mejora mucho también genera preocupación: porque no hay suficiente obra pública, porque se están cobrando más impuestos. Por eso el déficit fiscal se ha convertido en una cifra mágica y por eso sorprende que se proyecte para finales de 1996 un déficit del orden del 3 por ciento del PIB. Nuestra sorpresa viene de una comparación muy sencilla con el año 1992, año de una dificil ttransición política, en el que el déficit proyectado hacia agosto equivalía al 7 por ciento del PIB, pero que finalmente se situó alrededor del 2,5 por ciento. Desde entonces se han dado algunos factores positivos desde el punto de vista de las finanzas públicas. Las exportaciones de petróleo fueron en 1992 de US1.330 millones. Para 1996 se puede proyectar una cifra superior a los US1.600 millones. La diferencia equivale a más del 1,5 por ciento del PIB. El saldo de la deuda externa pública ha caído en estos últimos cuatro años del 100 por ciento al 66 por ciento del PIB.
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