OPORTUNIDAD DE UNA SILBATINA

La cuestión de la construcción de un nuevo oleoducto para bombear unos 200 mil barriles diarios, con una inversión de US500 millones es compleja. La obra no podrá ser adjudicada directamente, por cuanto el Estado tendrá que cubrir las tarifas de transporte, por así disponerlo los contratos de prestación de servicios (mientras que en los de participación la tarifa se acordará entre la contratista y el operador del sistema de transporte, en los ductos que no sean de propiedad de PETROECUADOR). Además, las tarifas referenciales (entre US2 y 3) son mucho mayores que la actual (US1,02) que incluye una utilidad de US0,60 por barril. Esto impicaría que el gobierno dejaría de recibir US100 millones anuales. Si son empresas privadas las que van a construir, éstas deberían correr todo el riesgo y el Estado no puede aceptar ni riesgos ni ofrecer garantías como el compromiso de volúmenes mínimos o la suspensión de la aprobada ampliación del SOTE. Esta ampliación, según un último informe de la Brown Root Energy Services, permitiría transportar 410 mil barriles diarios de unos 25 grados API, con una inversión de US67,5 millones.