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DE REGRESO A LA LEÑA...

Por: Tema(s): En: Hoy 31 jul. 1996, p. A.4Resumen: Sobre la eliminación del subsidio al gas de uso doméstico hay que tener en cuenta ciertos aspectos. Para los hogares más pobres que consumen gas (85 por ciento en áreas urbanas y 50 por ciento en áreas rurales) el gasto en gas significa un 2,5 por ciento del presupuesto familiar, y si se cuadruplica su precio se daría una "pérdida de su bienestar" de algo más del 5 por ciento, lo que afectaría la distribución del ingreso. Se podría dar una sustitución del gas por leña o carbón, con el consiguiente impacto ambiental por la tala de bosques. Por otra parte, la distribución de "cupones para la pobreza" favorecería el clientelismo y se podría dar su venta por parte de los beneficiarios, sin que se afecte a la mayor demanda de leña. La decisión no resulta fácil, y una medida radical ya no es defendida ni por el Banco Mundial, que se inclina por una vía más gradual y que aceptó la posibilidad de recurrir a un sistema de venta en envases especiales para los hogares pobres. Todo esto debe estar enmarcado en una política energética cuidadosa, que empezaría por recuperar para el Ministerio de Energía la fijación de los precios de los combustibles.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO RESUM-008033 (Navegar estantería(Abre debajo)) Hoy. 31 jul. 1996, p. A.4 Disponible

Sobre la eliminación del subsidio al gas de uso doméstico hay que tener en cuenta ciertos aspectos. Para los hogares más pobres que consumen gas (85 por ciento en áreas urbanas y 50 por ciento en áreas rurales) el gasto en gas significa un 2,5 por ciento del presupuesto familiar, y si se cuadruplica su precio se daría una "pérdida de su bienestar" de algo más del 5 por ciento, lo que afectaría la distribución del ingreso. Se podría dar una sustitución del gas por leña o carbón, con el consiguiente impacto ambiental por la tala de bosques. Por otra parte, la distribución de "cupones para la pobreza" favorecería el clientelismo y se podría dar su venta por parte de los beneficiarios, sin que se afecte a la mayor demanda de leña. La decisión no resulta fácil, y una medida radical ya no es defendida ni por el Banco Mundial, que se inclina por una vía más gradual y que aceptó la posibilidad de recurrir a un sistema de venta en envases especiales para los hogares pobres. Todo esto debe estar enmarcado en una política energética cuidadosa, que empezaría por recuperar para el Ministerio de Energía la fijación de los precios de los combustibles.

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