Y NO DESCANSA LA COLA DE DAHIK

Luego de la renuncia del vicepresidente Dahik quedan vestigios de su obra en el país. Uno de ellos es el proyecto de ampliación y administración del oleoducto. Partiendo de las cifras oficiales resulta innecesaria la obra programada. Bastaría con llevar el volumen diario de bombeo del ducto de 325 mil a 400 mil barriles, utilizando además el oleoducto colombiano. Además la evaluación de las verdaderas expectativas de la séptima y octava rondas se tendrá recién en 5 o 6 años, por lo cual la decisión de la ampliación se debería tomar más adelante. Pero a los propugnadores del proyecto no les importa eso, ni que los oferentes no cumplan todos los requisitos de la licitación, ni que se llenen algunos formularios con datos falsos para perjudicar a la empresa estatal, a sus trabajadores y al fisco, ni que las bases del concurso sean acomodadas hasta que se ajusten a las ofertas, ni que las empresas ganadoras vayan a obtener gratias el crudo para el bombeo. Tal vez ha llegado la hora de que Dahik y sus seguidores hagan de la patria un negocio privado, o de que otros ecuatorianos, encabezados por los trabajadores petroleros, frenen la consumación de tanto despojo.