¡EL ESTADO HA MUERTO! ¡VIVA EL ESTADO!

Los empresarios ecuatorianos se suman a la procesión antiestatista con fervor mientras el mercado les favorece, pero reniegan de esa posición apenas el mercado les obliga a realizar incómodos ajustes. A más de estas manifestaciones extremas están replanteando razonablemente su aporte antiestatista, como en el caso de la propuesta de los exportadores de crear un Ministerio de Comercio Exterior. La idea no es desacabellada, y a lo mejor conviene crear esa cartera y de paso fundir otras ya existentes (Agricultura e Industrias) en un Ministerio de Economía que maneje las políticas productivas. Es que la plataforma de lanzamiento para proyectar al país hacia afuera hay que construirla desde el interior, así lo demuestra la experiencia de países que han tenido buenos resultados a nivel internacional, para los cuales la estrategia de aucmulación doméstica ha sido la base más estable para acceder a los beneficios del comercio mundial. No estamos ante un problema exclusivamente económico, sino ante el reto de elevar el nivel de solidaridad y participación sociales en un marco de sustentabilidad ecológica. Es un objetivo complejo pero vale la pena buscarlo y para ello es necesario revitalizar el papel del Estado como un socio para beneficio de todos.