La política laboral no es una isla Rosa Matilde Guerrero Murgueytio
Detalles de publicación: Guayaquil El Universo 2016Descripción: p. 8Tema(s): Recursos en línea: En: El Universo Año 95 No. 1564 (26 feb. 2016)Resumen: Las estimaciones del crecimiento de las economías de América Latina (AL), realizadas por el Banco Mundial (BM) en un estudio de enero del 2016, plantean una baja tasa promedio para la región, resultado de varios factores externos. En el citado estudio del BM, se señala que en Ecuador el producto interno bruto (PIB) en el 2016 crecerá al -2,0 a niveles inferiores a las predicciones del Banco Central del Ecuador (BCE), cuestión preocupante. Conforme a los recientes datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) a diciembre del 2015, el subempleo se incrementó en 124.872 ecuatorianos, alcanzando 1’050.646 subempleados al final de dicho período. Una política laboral que beneficie el empleo implica el desarrollo de al menos dos agendas: (i) mejora de la productividad mediante un conjunto de instrumentos que incentiven la formación de los trabajadores, y, (ii) el logro de mayor bienestar para los trabajadores. Adicionalmente, la política laboral debe ser integrada con la política de desarrollo productivo y educación. Recuperando así el sendero de la competitividad y del crecimiento.Las estimaciones del crecimiento de las economías de América Latina (AL), realizadas por el Banco Mundial (BM) en un estudio de enero del 2016, plantean una baja tasa promedio para la región, resultado de varios factores externos. En el citado estudio del BM, se señala que en Ecuador el producto interno bruto (PIB) en el 2016 crecerá al -2,0 a niveles inferiores a las predicciones del Banco Central del Ecuador (BCE), cuestión preocupante. Conforme a los recientes datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) a diciembre del 2015, el subempleo se incrementó en 124.872 ecuatorianos, alcanzando 1’050.646 subempleados al final de dicho período. Una política laboral que beneficie el empleo implica el desarrollo de al menos dos agendas: (i) mejora de la productividad mediante un conjunto de instrumentos que incentiven la formación de los trabajadores, y, (ii) el logro de mayor bienestar para los trabajadores. Adicionalmente, la política laboral debe ser integrada con la política de desarrollo productivo y educación. Recuperando así el sendero de la competitividad y del crecimiento.
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