Subsidios, desordenadamente Walter Spurrier

Comienza el desmantelamiento de los subsidios, algo que tenía que darse en algún momento, y es ahora por la durísima crisis fiscal, y el draconiano ajuste en el gasto público en 2016, inevitable pues no hay financiamiento. Pero no comienza bien. Se inicia con un exabrupto presidencial, molesto porque el Comité Empresarial opinó que era necesario bajar los subsidios. ¿Así que opinan? ¡Pues lleven! Fue la respuesta, y así consta en el considerando del decreto. Similar falta de planificación se observa en lo referente a la gasolina. Elevar el precio de la súper a 3 dólares el galón propone el presidente de PETROECUADOR, y el presidente de la República tiene que hacerle ver que con una diferencia de precio de 2 a 1, gran parte de los consumidores de súper se resignaría a usar la extra, con lo que el subsidio a las gasolinas aumentaría. El único subsidio cuya eliminación o focalización ha sido cuidadosamente planificado es el del gas. Pero esto no sería viable hasta que no entren a generar las centrales hidroeléctricas que se encuentran en la última fase de construcción, y preferentemente después de las elecciones de principios de 2017. No cabe que cambios en los precios de los combustibles o en la manera de determinarlos sea el resultado de exabruptos. Hay que hacer una planificación en que se ponderen los efectos positivos y negativos sobre productores y consumidores.