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Lejos del mundo real Pablo Lucio Paredes

Por: Detalles de publicación: Guayaquil El Universo 2015Descripción: p. 8Tema(s): Recursos en línea: En: El Universo Año 94, No. 229 (2 mayo 2015)Resumen: La gente de gobierno (en todas partes y tiempos, pero peor con la Revolución Ciudadana) poco entiende el mundo real. Su discurso se basa en la economía de pizarrón donde resuelven problemas con irreal elegancia: relaciones laborales, innovación, inequidad, producción, todo resuelto en sus mentes. Esto se aplica a la nueva reforma laboral (una más, y se pretende que hay estabilidad en las reglas del juego). El país tiene muchas actividades intensivas en mano de obra (desde banano y flores hasta la tienda de la esquina, en general negocios medianos y pequeños) y muchas agrícolas que son temporales y de rotación. Por ende, eliminar los contratos a plazo de uno o dos años y solo dar una prueba de 90 días es irreal. Es un tiempo muy corto para identificar si el trabajador es bueno o malo. Pasados los 90 días no hay manera de deshacerse de un mal trabajador, inmediatamente es estable. La única forma es con visto bueno y en general es muy complicado. ¿El costo de despedir a alguien ya es excesivo. Excesivo porque el objetivo de una empresa es crecer con más gente. Solo se despide realmente a un buen trabajador cuando los tiempos son malos y como última instancia. Pero ahora le agregamos una cereza: la renuncia también va a ser costosa, 25% del último sueldo por cada año de trabajo. Alguien se va por decisión propia (…) ¡y hay que premiarle! Claro, el trasfondo es la visión revanchista y desconfiada de la izquierda: con toda seguridad el empleado fue empujado a renunciar. ¡Como si alguien quisiera que un buen empleado se vaya!
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La gente de gobierno (en todas partes y tiempos, pero peor con la Revolución Ciudadana) poco entiende el mundo real. Su discurso se basa en la economía de pizarrón donde resuelven problemas con irreal elegancia: relaciones laborales, innovación, inequidad, producción, todo resuelto en sus mentes. Esto se aplica a la nueva reforma laboral (una más, y se pretende que hay estabilidad en las reglas del juego). El país tiene muchas actividades intensivas en mano de obra (desde banano y flores hasta la tienda de la esquina, en general negocios medianos y pequeños) y muchas agrícolas que son temporales y de rotación. Por ende, eliminar los contratos a plazo de uno o dos años y solo dar una prueba de 90 días es irreal. Es un tiempo muy corto para identificar si el trabajador es bueno o malo. Pasados los 90 días no hay manera de deshacerse de un mal trabajador, inmediatamente es estable. La única forma es con visto bueno y en general es muy complicado. ¿El costo de despedir a alguien ya es excesivo. Excesivo porque el objetivo de una empresa es crecer con más gente. Solo se despide realmente a un buen trabajador cuando los tiempos son malos y como última instancia. Pero ahora le agregamos una cereza: la renuncia también va a ser costosa, 25% del último sueldo por cada año de trabajo. Alguien se va por decisión propia (…) ¡y hay que premiarle! Claro, el trasfondo es la visión revanchista y desconfiada de la izquierda: con toda seguridad el empleado fue empujado a renunciar. ¡Como si alguien quisiera que un buen empleado se vaya!

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