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Novedades con el IESS Pablo Lucio-Paredes

Por: Detalles de publicación: Guayaquil El Universo 2014Descripción: p. 8Tema(s): Recursos en línea: En: El Universo Año 94 N°75 (30 nov. 2014)Resumen: El Gobierno ha propuesto dos novedades que merecen análisis. 1) Se eliminaría la obligación de aporte del Estado del 40% de las pensiones. Justificación: ¡el Gobierno aportará lo necesario por decisión propia e incluso más si se requiere! El tema es “simple”. La obligación existe porque hay un déficit futuro en las jubilaciones que al final lo debe cubrir el Estado (la sociedad), a no ser que se disminuyan beneficios a los afiliados: menor pensión, más años de aporte, mayores tasas. En el fondo, el Gobierno dice: “Da igual aportar poco a poco el 40%, o convertir el 40% en deuda, que asumir el déficit en el futuro cuando se presente… así que mejor escogemos la última alternativa”. Pero no da igual: si los gobiernos tradicionalmente han tenido déficits y ha sido imposible aportar el 40% cada año, será aún más difícil cubrir el déficit en el futuro. Para no engañar ni frustrar a los futuros afiliados, la decisión debe ser clara: aportar el 40% y, más aún, exigir que ese monto no se convierta en deuda. Lo contrario de lo que se está planteando (lo que menciono es dentro de la lógica del sistema actual, hay mejores soluciones cambiando radicalmente el modelo). 2) Se propone que todas las amas de casa (1,5 millones, según el Gobierno) se integren al sistema de jubilación. En primera instancia entrarían las más desfavorecidas (400.000) con un aporte mensual durante 20 años de 2 dólares personales y 9 del Gobierno, lo cual daría una jubilación de 75 dólares mensuales. Está muy bien este sustento social, las amas de casa se lo merecen más que nadie, pero hay que estar conscientes del costo. En 20 años, el aporte propio implicaría un fondo de 1.500 dólares… que para entonces solo serviría para cubrir el primer año de jubilación, a partir de ahí los fondos saldrían de la sociedad (igual que los 9 dólares de aporte estatal, desde el inicio). Bajo diversas hipótesis (¿cuántos años de jubilación?, ¿todo se ajusta por inflación?, ¿rendimiento de los fondos invertidos?, etcétera) el costo en valor presente estaría entre 15.000 y 30.000 dólares por persona, es decir, entre 6.000 y 12.000 millones para las 400.000 amas de casa. Una parte de eso (3 a 4 mil millones en valor presente) se financiaría con el impuesto que se propone a las utilidades del 15% … ¡es un impuesto adicional y solo aplicado a un pequeño grupo, no puede tener otro nombre!… y quedarían entre 3.000 y 9.000 millones por financiar. Los derechos están muy bien, solo hay que dimensionarlos… y pagarlos.
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El Gobierno ha propuesto dos novedades que merecen análisis. 1) Se eliminaría la obligación de aporte del Estado del 40% de las pensiones. Justificación: ¡el Gobierno aportará lo necesario por decisión propia e incluso más si se requiere! El tema es “simple”. La obligación existe porque hay un déficit futuro en las jubilaciones que al final lo debe cubrir el Estado (la sociedad), a no ser que se disminuyan beneficios a los afiliados: menor pensión, más años de aporte, mayores tasas. En el fondo, el Gobierno dice: “Da igual aportar poco a poco el 40%, o convertir el 40% en deuda, que asumir el déficit en el futuro cuando se presente… así que mejor escogemos la última alternativa”. Pero no da igual: si los gobiernos tradicionalmente han tenido déficits y ha sido imposible aportar el 40% cada año, será aún más difícil cubrir el déficit en el futuro. Para no engañar ni frustrar a los futuros afiliados, la decisión debe ser clara: aportar el 40% y, más aún, exigir que ese monto no se convierta en deuda. Lo contrario de lo que se está planteando (lo que menciono es dentro de la lógica del sistema actual, hay mejores soluciones cambiando radicalmente el modelo). 2) Se propone que todas las amas de casa (1,5 millones, según el Gobierno) se integren al sistema de jubilación. En primera instancia entrarían las más desfavorecidas (400.000) con un aporte mensual durante 20 años de 2 dólares personales y 9 del Gobierno, lo cual daría una jubilación de 75 dólares mensuales. Está muy bien este sustento social, las amas de casa se lo merecen más que nadie, pero hay que estar conscientes del costo. En 20 años, el aporte propio implicaría un fondo de 1.500 dólares… que para entonces solo serviría para cubrir el primer año de jubilación, a partir de ahí los fondos saldrían de la sociedad (igual que los 9 dólares de aporte estatal, desde el inicio). Bajo diversas hipótesis (¿cuántos años de jubilación?, ¿todo se ajusta por inflación?, ¿rendimiento de los fondos invertidos?, etcétera) el costo en valor presente estaría entre 15.000 y 30.000 dólares por persona, es decir, entre 6.000 y 12.000 millones para las 400.000 amas de casa. Una parte de eso (3 a 4 mil millones en valor presente) se financiaría con el impuesto que se propone a las utilidades del 15% … ¡es un impuesto adicional y solo aplicado a un pequeño grupo, no puede tener otro nombre!… y quedarían entre 3.000 y 9.000 millones por financiar. Los derechos están muy bien, solo hay que dimensionarlos… y pagarlos.

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